sábado, 17 de diciembre de 2011

APÓCRIFOS DE OMAR KHAYYAM (6)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com



¿Quién en su sano juicio habrá de desmentir
la Gran Verdad Suprema que voy a compartir
con mis ebrios amigos de esta taberna ruin?
Si hay Vino tras la Muerte, poco importa vivir.



Feo, gris, tormentoso, surge el amanecer.
Tan bellos como amadas, ya diez mil vi nacer;
y, tal vez, Él permita que vea otros diez mil.
Me angustia que, si muerto, ni uno así vaya a ver.



He desandado el mundo del norte al otro polo
buscando La Verdad, y hallando puro dolo
en los mejores hombres y en los mejores libros.
Por ello les suplico: ¡Déjenme beber solo!



Cuando la Luna, amada, ilumina durmiendo
tus manos tan hermosas, no temo al Dios Horrendo
que quiere estrangularme: sueño que me acaricias
con dedos constelados mi angustia diluyendo.



© Claudio Madaires, de su libro Apócrifos de Khayyam

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