por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com
El Libro de tu dios es tan intolerable
que me cuesta pensar que será perdonable
mi pecado innombrable con rezo y con ayuno.
Prefiero un dios aparte, de bondad comprobable.
Si no creo —aunque quiera— en su Eterna Bondad
por ver en este mundo tan honda y ruin Maldad:
¿soy, por ello, un perverso, un paria sin perdón
que merece el Infierno? ¿Tal es Su Voluntad?
Científico y poeta, longevo hasta el hartazgo...
Si Dios todo me ha dado en su Gran Mecenazgo,
¿por qué ni en intelecto, o en rezo de rodillas,
de la Fe en Su Existencia me permite el hallazgo?
Hoy desperté tan tarde que me perdí la aurora
abrazado a mi bella e ingenua pecadora.
¡Ojalá, tras que muera, no duerma hasta tan tarde
que pierda el Paraíso por media o una hora!
© Claudio Madaires, de su libro Apócrifos de Khayyam
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