claudio.madaires@gmail.com
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¡Despierta de una vez y reconoce
tu ignorancia absoluta! ¡Sólo el goce
de mujer y de vino es lo que queda,
¡oh, Khayyam!, aunque tu alma se destroce!
Un dátil es un dátil, no una rosa;
y un rubí es un rubí, la misma cosa.
Pero tú, ingenuo amigo, tú me afirmas
que la muerte es la Vida, tras la fosa.
¿Un inmenso palacio, gran poder,
mil huríes y esclavas del placer?
¡Dadme, amigo, un rincón de la taberna
y otra copa de vino que beber!
Bebamos y juguemos ajedrez
ahora que es posible, en lucidez
todavía aceptable. La vejez
también ha de acabar alguna vez.
© Claudio Madaires, de su libro Apócrifos de Khayyam
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